Praga, 1935
La obra de Saudek está profundamente marcada por dos elementos: por una parte su infancia, cuando, internado con su hermano mellizo en un campo de concentración logró escapar por un golpe de suerte de los experimentos de Josef Mengele, y por otra, la visita a la exposición "The family of man" que el valoró como una expresión de una profunda necesidad de armonía familiar, y le abrió la perspectiva de expresarse a través de la fotografía.
Estudió en la escuela de fotografía industrial de Praga de 1950 a 1952, y seguidamente ejerció varios oficios, tanto en el campo como en un gran número de fábricas.
Se ocupa de la fotografía desde comienzos de la década del 50 y escenifica en sus imágenes la propia realidad.
Saudek fué uno de los primeros fotógrafos Checos cuya obra fue conocida en occidente.
Su fotografía, en un principio en blanco y negro y luego coloreada, gira entorno a la sexualidad y la relación hombre-mujer, la edad madura y la juventud, la vestimenta y la desnudez. En general saca partido de los antagonismos, para dar mayor fuerza a sus obras.
Aqui muestro unas fotografias que me llamaron mucho la atencion por su caracter sugestivo y erotico atravez de una imagen de unas menores de edad, lo cual nos permite analizar caracteres eticos y sociales atravez de la imagen.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
jueves, 16 de septiembre de 2010
LOLA ALVAREZ BRAVO
Dolorez Martinez de Anda nace casi con el siglo, en 1907, en el seno de una familia adinerada.Cuando muere su padre, ella (con 13 años ) y su hermano pasan a ser cuidados por unos familiares. Se cria en un colegio de monjas y con apenas 20 años la gran ciudad, el DF, se abre ante sus ojos. Posterior mente se casa con Manuel Alvarez Bravo , a quien conocia desde la infancia, en 1925 se van a vivir a Oaxaca.Es por el que decide cambiar su apellido el cual conservo aun después de casarse. Y es por el tambien que se acerca ala fotografia.
SI bien es cierto Lola esta en continuo acercamiento con la fotografia gracias a su esposo, pero no es hasta 1930, tras una necesidad de su amiga Tina Modotti, que esta le vende dos de sus camaras fotograficas, y es asi como empieza su actividad fotografica. Ya sera un año después en 1931 en el cual Manuel cae gravemente enfermo, que Lola debio encargarse del trabajo que hacia este en la revista Mexican Folksways. Y es asi como logra completar su formación y decide dedicarse ala fotografia como oficio toda su vida.
Es en el año de 1932 que realiza su primera muestra individual en la Galería Posada. En esa época compartió exposiciones con el famoso fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson en las salas del Palacio de Bellas Artes, fascinando a André Breton, quien descubrió en su trabajo un surrealismo innato, y en 1935 le organizó una exposición en París que sería trascendental en su trayectoria artística.
En 1934 se separa de Manuel ,y se va a vivir con Maria Izquierdo. Es amediados de los 30 que logra cierta estabilidad como fotografa de la revista El maestro rural, una puplicacion de la Secretaria de Educacion Publica. Lola retrato la vida rural , recorriendo el pais y con una mirada propia. En 1936, le llego su primer encargo importante: la documentación de una obra de silleria colonial que habia sido parte del coro de una iglesia, pero en ese momento formaba parte de un salon de la Escuela Nacional Preparatoria. Ese antecedente le valio ser tambien convocada por revistas ilustradas y por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y le permitio realizar fotografias de temas tan variados como creativos.
En los años 50 cuando regresa de un viaje de trabajo en Acapulco (y del cual es producto el Tríptico de los martirios) crea un espacio, la Galería de Arte Contemporáneo, el cual le ofrece a su amiga Frida Khalo para realizar la primera exposición individual de su obra, en 1953. En 1955 participo en la exibicion The Family of man? Organizada por Edward Steichen en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
En 1961 a causa de un infarto , sus actividades fueron mermando.
Muere en 1993 a los 90 años, ya reconocida como artista y como maestra de fotografia.
En palabras de Elizabeth Ferrer:
“-La fotografía de Lola tiene un carácter específico, un estilo personal. Es una fotografía que no descuida el encuadre ni la composición, pero que está abierta a todas las posibilidades de la realidad. Realidad ante la que la fotógrafa reacciona de dos maneras: reflejándola y recreándola con el uso del collage. Lola es una fotógrafa osada, carnal, emotiva.
Lola no se pierde con el psicologismo, sino que muestra al sujeto en contemplación. La mirada no es invasiva sino cómplice. No hay voyeurismo sino participación, espacio común de mirada y mirado.
Lola no es una fotógrafa rural, como lo es Rulfo, testigo de un mundo atávico, extraño, onírico, pasado en su intemporalidad, mitificado, estático, detenido en el tiempo por su Leica. El mundo de Lola es un mundo que ya es contemporáneo, un mundo dentro del tiempo que le tocó vivir, un mundo reconocible, cercano.
En la efervescencia cultural del México de los años veinte, posteriores a la Revolución Mexicana y hasta su muerte en 1993, Lola evoluciona, crece, siempre atenta. En medio de esa clase intelectual internacional e internacionalista que se refugia en México o que pasa por México, su obra sigue siendo un referente no ya de mexicanidad, sino de contemporaneidad. Apartada de la lucha feminista, ella esgrime su profesión y su femeneidad sin sobresaltos: naturalmente. Como ha de ser.
Más allá del estetiicismo que se puede achacar a otros fotógrafos (Weston, Manuel), las fotografías de Lola interrogan a la vida en todas sus manifestaciones privadas y públicas. La vida, multiforme, queda en su cámara, ante nuestros ojos, no sin intervención de la belleza, pero no buscándola frenéticamente, sino encontrándola, haciéndola suya a través de la lente. La fotografía de Lola se reconoce como suya en todas sus etapas.-“
Los estudios de Alvarez Bravo sobre el cuerpo humano, masculino y femenino, son sobre todo estudios de la forma y la composición. Las líneas marcadas y los contrastes dramáticos de luz caracterizan unas de sus obras. Cabe hacer notar que la fuerza de las mujeres de Lola emana de sus cuerpos; son dueñas de sí mismas y su físico es un estandarte de vitalidad personal y síquica.
Lola Alvarez bravo deja que la realidad se imponga a su lente. Su propia presencia apenas aflora. Fotografía comúnmente a la gente de espaldas o de lado, sin que se entere; la sorprende en sus quehaceres domésticos, en sus gestos cotidianos, en sus ensueños. Este distanciamiento voluntario – que no anula la subjetividad – no se traduce en imágenes frías e impersonales, sino que ahonda en la intimidad.
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